¿Hacemos a los niños impacientes? 8 años ago

Llevo un tiempo haciéndome esta pregunta, creo que cada vez que mi hijo me suela un “pero ya” o un “no, lo quiero ahora”, cada vez que después de ir a renegarle por decirlo tengo que morderme la lengua y pensar que soy yo la que no tiene que decirlo cuando tenga prisa o quiera que haga algo en ese momento.

Los niños nacen con parte del carácter que tendrán de mayores; traen su parte propia y también una gran carga genética, pero otra gran parte de su carácter, de su forma de ser y de su forma de hacer se va creando en el entorno en el que vive. Los padres son su mayor ejemplo, aunque también lo son sus familiares cercanos y sus profesores (con el paso del tiempo amigos…)

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He escuchado muchas veces eso de que “los niños son impacientes por naturaleza” y me pregunto qué parte de culpa tiene la señora “naturaleza” y qué parte nosotros. Es cierto que a los niños no les gusta esperar (mi hijo me lo recuerda varias veces al día), al igual que les cuesta estar mucho rato con la misma actividad cuando son pequeños…pero estoy segura de que si observamos a niños que se hayan criado en un entorno sin prisas ni estrés, no desarrollan tanta impaciencia como puedan desarrollar los nuestros.

En cualquier hogar con niños pequeños se pueden generar conversaciones como esta:

  • Cuando los padres tenemos prisa:

Mamá: Cariño, recoge los juguetes que ya está el baño preparado.

Hijo: No mamá, espera un poco que estoy acabando de jugar

Mamá: No, no espero nada, he dicho que vengas ya. (Y lo más seguro es que añadamos coletillas como: que todavía hay que preparar la cena, la ropa del cole de mañana y hay que irse pronto a dormir, y al final se nos hacen todos los días las mil…)

  • Cuando los hijos tienen prisa:

Hijo: Mamá puedes venir a ayudarme con este puzzle, por favor.

Mamá: Si cariño, ahora voy, espera que termine de poner la lavadora.

Hijo: No, he dicho que quiero que vengas ya

Y seguramente después será cuando mamá se enfadé y empiece con algo así como “y yo he dicho que te esperes, hay que aprender a esperar”, a lo que los niños nos deberían de responder que si tienen que aprender a esperar igual que sabemos esperar nosotros cuando ellos lo necesitan.

Llevamos un ritmo de vida caótico, da igual trabajar o no, al final siempre tenemos mil cosas por hacer, entre semana vamos con prisa a todos los sitios y llevamos a los niños con nosotros según el ritmo que nosotros necesitamos. Yo por ejemplo no tengo un horario fijo en la escuela infantil, y tan pronto puedo levantarlo de la cama y llevarlo al cole, como lo dejo a las 7:30 en casa de los abuelos…unos días come con ellos, otros en casa, unos días está papá por la tarde, otros no…los sometemos a un estrés extremo la mayoría del tiempo y ellos no hacen más que amoldarse a nosotros y llevar un ritmo de vida de adulto sin rechistar.

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En casa ponemos en práctica alguna cosilla para ayudar con el tema del tiempo, aunque no nos libramos de esos “pero ya” ni tampoco de enfados de vez en cuando por las prisas de unos u otros.

Os dejo algunas ideas que quizás puedan serviros:

  • Avisar un rato antes de que va a finalizar una actividad; si por ejemplo estamos en el parque en vez de decirles “nos vamos ya”, podemos avisarles de que queda un ratito y nos iremos. Como no entienden de tiempo se lo podemos decir con unidades que ellos entiendan, por ejemplo: puedes tirarte tres veces más por el tobogán y ya nos vamos

 

  • Podemos ver el tiempo en un reloj o poner la alarma del móvil, y avisarles de que cuando suene la alarma habrá que hacer algo (por ejemplo, cuando suene la alarma será hora de bañar y habrá que dejar los juguetes)

 

  • Cuando queremos usar un tiempo determinado para algo podemos utilizar un reloj de arena; si por ejemplo el desayuno se está alargando demasiado y nos empezamos a poner nerviosos porque no llegamos al cole una idea es coger un reloj de arena y ponerlo delante de los niños para marcar el tiempo que queda; podemos decirles algo así: vamos a poner este reloj que indicará el tiempo que queda para terminar de desayunar antes de ir al colegio, cuando haya caido toda la arena significará que ya habrá terminado la hora de desayunar y habrá que dejar todo tal y como está.

Seguiremos con los enfados y nuestras luchas de tiempo muchas veces; seguramente todas las veces en las que los adultos nos estresamos, pues al final si estamos estresados o enfadados terminamos pagándolo con los pobres niños, pero deberemos aprender a calmarnos y relajarnos de otro modo, pues ellos no tienen la culpa de esto; y a trabajar con ellos medidas de tiempo que nos ayuden a anticipar actividades antes de que acaben si sabemos que van a ocurrir.

Cuando vuestros hijos os digan eso de que quieren algo y lo quieren ya, pararos a pensar cómo actuáis con ellos en la misma situación cuando sois vosotros los que queréis algo y veréis como lo más seguro será que estéis actuando ambos del mismo modo.

Me gustaría que si queréis me dejéis en comentarios vuestra pequeña reflexión sobre el tema y las ideas que utilizáis vosotros en casa para trabajar aspectos como el tiempo, la espera o la paciencia (esa yo todavía tengo que trabajarla mucho, porque como dice mi hijo a mí tampoco me gusta nada esperar 😉 )

 

 

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Creo q es una lucha diaria,y a la vez una lucha interna,a veces son tantos «espera que estoy haciendo.»..»espera que acabo y voy»…..que ostras¡¡ es hora de ir a la cama,y ya no te ha quedado tiempo para ir a ver que pasaba o que quería o necesitaba tu peque.Y llega un momento que pena,porque de repente un día,dejas de pronunciar el tan temido espera , y sin darte cuenta,se te ha pasado el tiempo…y las demandas,muchas veces no han llegado a ser satisfechas.
Cuando son dos,ni te cuento…..los peques aprenden a resignarse,y en casa decidimos,que si no es porque tenemos la comida en el fuego…es lo demás lo que puede hacerse en otro momento,dentro de una lógica,Porque lo que no espera,es que nuestros peques crecen…y cuando te das cuenta somos nosotros,los que tendremos que esperar a que tengan un ratito para nosotros.
Vivir el ahora,disfrutar el momento.
El ayer es pasado,el futuro no ha llegado,y el ahora es un regalo,por eso se llama presente.
Lo primero ellos.

Si así es Nuria, ahora necesitamos tiempo para todo, nos quejamos de que no lo tenemos y les hacemos correr todo el tiempo; y luego cuando sean mayores y queramos que estén con nosotros ellos ya no nos necesitarán del mismo modo, tendremos todo el tiempo del mundo y entonces lamentaremos no haber aprovechado más. Es importante reflexionar, correr sólo cuando sea necesario y disfrutar con ellos de cada segundo que el tiempo pasa demasiado deprisa. Me encanta la última frase Nuria 🙂 Un besito!!

Mil para ti¡¡ me encantan tus reflexiones, que a veces ni siquiera tenemos tiempo para pensar. Cuando hagáis un cine en familia,(en mi casa hay sesión un sábado sí, otro también),y el peque elija Kung Fu Panda…te acordarás de este post.La saque de la peli. Gracias¡¡¡

Me gusta tu reflexión. No hace mucho estuve meditando con el tema. Mi hijo es sin duda mi reflejo. Y tal comoyo actuó el ídem hace
Hemos empezado a utilizar la alarma del movil para saber el tiempo que nos queda en una cosa. A ambos. Si yo he de poner lavadora y luego jugar. Pongo el tiempo que necesito. No mas de 10 min y mi hijo espera paciente a que suene la alarma y empezar la actividad con él, sin interrupciones ni llamadas de atención
Y para recoger y hora del baño igual. Reloj con alarma y recogemos juntos.
Nos está yendo mejor. Aún tenemos que trabajar las mañanas… Se nos eternizan y ni con alarmas. Estamos en ello. Gracias por tu planteamiento

Muchas gracias a ti por tu comentario y por tu experiencia, la verdad es que los niños se adaptan a todo y si les explicamos las cosas y las trabajamos con ellos lo entienden a la perfección.

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