Ante la pregunta «¿dedicas tiempo a tus hijos?» vas a responderme «si, 24 horas al día», pero si reflexionamos sobre el tiempo real con ellos, el tiempo de juego juntos, de charlas, de escucha, de atención plena hacia ellos, ¿qué me responderías?
Soy una persona muy consciente de la importancia del tiempo juntos, de que lo que no vivamos hoy quizás no lo tenemos mañana, y aún así una y otra vez la vida me arrastra como si fuera la corriente del mar, y me lleva hacia adentro, hacia ese hacer mil cosas hoy para tener algo bueno mañana. Yo estaba otra vez muy alejada de la orilla y me he traído aquí de nuevo. Estoy tomando muchísimas decisiones que me ayudarán a quedarme donde quiero estar y no alejarme otra vez, o al menos no hacerlo tanto, y en este momento lo quiero dejar por escrito, para recordármelo cuando lo necesite, y para ti si también necesitas una barquita que te acerque a lo que de verdad quieres tener en tu vida.
¿Cuántas veces al día decimos eso de «no me da la vida» o «no tengo tiempo de nada»? y en realidad sí que tenemos tiempo, todos tenemos 24 horas, pero las cosas por hacer se apoderan de nosotros y no nos dejan vivir la mayor parte del tiempo.
Os he contado esto alguna vez, pero cuando tenía 16 viví una experiencia muy dura que me marcó para siempre. Tenía un amigo que acaba de cumplir los 18 años, nos llevábamos muy bien y hablábamos a menudo por aquello que se llamaba «messenger». Una tarde charlamos como siempre y nos despedimos hasta el día siguiente, aquel día yo le había estado contando todas mis preocupaciones que en aquel momento tenían que ver con amores y desamores, y le dije «mañana será tu día», mañana te escucharé yo a ti, y esas palabras se me han quedado grabadas a fuego para siempre, porque aquel mañana nunca llegó. Al día siguiente cuando volvía del gimnasio dispuesta a darme una ducha y sentarme de nuevo un ratito en el ordenador, una amiga me llamaba para decirme que un accidente de moto se lo había llevado para siempre.
En ese momento, con tan solo 16 años entendí que la vida no entiende de edades o justicia, que todos tenemos nuestros días contados aquí y que nunca sabemos lo que durará. Esa experiencia me ha acompañado siempre, la tengo muy presente como mujer, como madre, como hija o nieta, y cuando la pierdo de vista me la vuelvo a recordar.
Solo tenemos una vida y no podemos pasarla siempre con la palabra «tengo que» en la boca, o con «quiero pasar más tiempo con mis hijos, o mi familia, pero no tengo tiempo».
Últimanente había muchas cosas que a mí me estaban alejando de mis prioridades, todas relacionadas con mi emprendimiento, con querer sacar Viviendo con Peques adelante de un modo que no podía ser, y a veces cuando todo lo que haces choca contra un muro hay que dar la vuelta, porque quizás ese camino en el que te empeñas seguir, es una calle sin salida. Una de las mayores decisiones que tomé fue la de dejar las redes, la primera ficha del dominó que a día de hoy sigue cayendo y me está dejando ver el camino en el que de verdad tengo y quiero estar y del que pronto os iré contando más cositas.
Dejar las redes fue una gran decisión, pero me di cuenta que estar allí en este momento ya no era para mí, me había arrastrado la corriente de hacer aquello que todos los demás emprendedores hacían, y resulta que cuando me escuché vi que yo necesitaba hacer otra cosa, y aquí ahora con mi blog, con mi magazine semanal, soy feliz.
¿Por qué no me había escuchado antes? ¿Por qué damos por hecho que lo que hacen los demás es si o si lo que tenemos que hacer nosotros?
Acompañando el momento actual del que os hablo, por supuesto, está la parte de mi familia, pues para pasar más tiempo con ellos en un futuro, estaba dejando de pasar mucho tiempo con ellos ahora, y por ese motivo también he decidido parar, soltar y cambiar muchas cosas, porque estaba en una rueda de hacer y producir, tanto en mi vida laboral, como en casa.
Volvíamos del cole y mi marido y yo hacíamos cosas sin parar, porque en una casa siempre tienes algo por hacer, limpiar u ordenar.
Este fin de semana veía un vídeo de «Aprendemos juntos», que os dejo al final del post, que me hizo reflexionar y volver a mi orilla. La persona que hablaba sobre ello, comentaba que recordaba con mucho cariño a su abuela, que le encantaba ir a visitarla porque siempre tenía tiempo para ella, para dejar de hacer cosas y estar para ella: escucharla, jugar juntas, atenderla…y me di cuenta de que nos hemos resignado a ser unos padres sin tiempo, esperando a ser abuelos para disfrutar de nuestros nietos, y qué queréis que os diga, que yo no quiero esperar, porque igual cuando me toque ser abuela ya no estoy aquí, o ya no tengo salud y circunstancias para disfrutarlo. Así que hemos reorganizado muchas cosas de nuestra vida, soltado otras, repartido todavía más las tareas, y dejado una hora exclusiva para pasar tiempo en familia cada día de la semana.
Ayer comenzamos con ese tiempo y estuvimos disfrutando de una tarde de juegos de mesa en lunes, actividad que parece que solo esté permitida para los fines de semana.
✨ Quiero dejar esta reflexión aquí y quiero invitarte a reflexionar sobre ello: ¿estás pasando tiempo de verdad con tus hijos y tu familia? ¿estás viviendo la vida que quieres vivir, dentro de las posibilidades que tienes a tu alcance?
Me parece importante matizar eso de «dentro de las posibilidades que tienes a tu alcance» ya que puede ser que sueñes con una vida en la que viajas con autocaravana alrededor del mundo, por ejemplo, y eso quizás no sea viable, pero estoy segura que entre esos sueños y la vida estresante que tienes hoy, hay cosas que pueden mejorar y puntos intermedios que puedes alcanzar para disfrutar del ahora.
Te ayudo a reflexionar con algunas preguntas y pequeños ejercicios:
- ¿Cuáles son tus prioridades a día de hoy?
- Si solo tuvieras 24 horas de vida, ¿qué te gustaría hacer y con quién te gustaría estar?
- Piensa en 5 cosas que te estresan o restan energía de tu días, y busca para ellas una solución. Aunque te parezca imposible, siempre hay algo en tu mano para dejar de hacer eso que te estresa o al menos para mejorarlo
- Revisa uno de tus días y observa el tiempo que dedicas a vivir: cuidarte, pasar tiempo de calidad con tus hijos, con tu familia…y el tiempo que dedicas simplemente a hacer tareas o producir
- Para 2 minutos al día y revisa cómo te sientes, a veces corremos tanto en nuestros días que no somos capaces siquiera de parar y preguntarnos «¿cómo me siento?»
La vida son dos días y aunque lo decimos continuamente, seguimos haciendo aquello que nos estresa todo el tiempo. Las palabras ansiedad, estrés, agotamiento…cada vez están más en boca de las familias de hoy en día y es algo que debería de mejorar. Si con este post ayudo aunque sea a una familia a conseguirlo, ya me doy por satisfecha ?
Me encantará leer tus reflexiones sobre este tema, y cómo te has sentido al leerlo, así que puedes dejármelas en comentarios o enviarme un email y contarme más sobre ello.
Te envío un abrazo enorme y espero que tengas una semana, unos días, y una vida maravillosa
María Requelme
Vídeos y recursos adicionales que también van a ayudarte con este tema: 
Vídeo Sonia López, Aprendemos Juntos BBVA (ver vídeo aquí)
✨ Vídeo «3 cosas importantes para educar de manera consciente» (ver vídeo aquí)
Post «13 ideas para que te cuides de manera consciente» (leer post aquí)