El sábado 21 de noviembre fue un día normal, tranquilo y casero como todos este otoño, pero normal.
El domingo 22 Inés se levantó diciendo que le dolía una muela, y a la hora de comer estaba con fiebre. Tal cual le di el ibuprofeno y la acosté en la cama comenzó todo. Llamé a urgencias del Centro de Salud para avisar de que la niña tenía fiebre y nos citaron para la prueba rápida por la tarde. A las 19:30 nos confirmaban su positivo, y os aseguro que por mucho que sabes que eso puede pasar, no estás preparado hasta que te toca.

No es como un catarro. Lo he escuchado, incluso dicho alguna vez, pero la mierda del Covid no es solo como un catarro; pues, independientemente de que tengas más o menos síntomas, ya solo por llegar a tu vida:
- Te
acojona(con perdón), a ti y a los seres cercanos que tienen que pasar también por la prueba - Te deja un mínimo de 10 días sin salir de casa
- Necesitas depender de alguien para que te haga la compra, te saque la basura, incluso pasee al perro
- Te bloquea la cabeza desde el momento en el que conoces el positivo, por miedo a lo que pueda pasar, por miedo a lo desconocido
Hemos tenido todo el cuidado del mundo, mi hija con 4 años ha ido con mascarilla a todos los sitios, y aún así, lo ha cogido, no sabemos dónde ni como; y sigue habiendo gente que pasa de todo, que va por la calle sin mascarilla, que no guarda distancias de seguridad, que no cumple las normas, y que sigue haciendo lo que le da la gana…
Nos ha tocado y no podemos hacer nada, pero que no digan que “es como un simple catarro” porque un catarro no se come dos o tres semanas de tu vida, ni asusta tanto cuando te llega, y el Covid si.

Puedo dar gracias de que a día de hoy Inés ya está bien (ha sido como esos virus de fiebre de 48 horas que tenían antes de todo esto), y gracias también porque todas las personas que habíamos estado con ella dimos negativo en el PCR, y todos de momento tenemos salud; es más, mis padres y mis suegros ya han podido salir a la calle.
No puedo decir nada todavía por si la «Ley de Murphy» nos sorprende a pesar de que ya han pasado 10 días, pero corroboro los estudios que dicen que los niños apenas contagian (cuando hace unos meses parecía que ellos eran los culpables de todo) y vuelvo a darles un gran aplauso porque nadie se adapta mejor que ellos a las nuevas situaciones.
Los dos desde el primer día lo han llevado genial, y a mí me ha costado una semana centrarme y estar a tope de nuevo.
De normal la cuarentena es de 10 días, pero nosotros al no tener a la peque aislada en una habitación tenemos que hacer 10 días más, así que si todo va bien volveremos a pisar la calle el 12 de Diciembre, 3 semanitas después de ese ajetreado domingo.
Mientras tanto en casa estamos aprovechando a pasar tiempo en familia, sacar el trabajo pendiente, y a nivel personal estoy intentando crear algunos nuevos hábitos saludables en los que llevaba tiempo queriendo trabajar, como hacer deporte o cambiar algunos aspectos de nuestra alimentación.
Seguiremos informando, espero que con la misma salud con la que os informo hoy. Puedo decir que fue un gran susto, pero ya he conseguido ponerme las gafas de «positivismo/aprovechar el momento» y estamos disfrutando de este tiempo juntos. Eso sí, estar tres semanas en casa no nos va a librar de cogerlo cuando salgamos, así que, antes ya teníamos mucho cuidado, pero ahora lo extremaremos mucho más, y espero que vosotros hagáis lo mismo: cuidaros mucho.